Juan Cú Poeta que no escribe versos, no es poeta

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Asi está escrito el primer verso de la Ilíada de homero1Homero:
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μῆνιν ἄειδε θεά πηληιάδεω ἀχιλῆος
Así se escucha con vocales y consonantes:
Ménin aéide, theá,  ( // )  Peleiádeo Ajiléos
Aquí una traducción cercana y aceptada por los comentaristas del poema heróico griego:

Canta, oh diosa  //  la cólera del Pelida Aquiles
//   Las dos rayas inclinadas indican un corte del sentido en el verso.
 Canta, oh diosa, la cólera del Pelida Aquiles
El verso estará  bien escrito si logramos tensionar las palabras en el mejor modo posible, haciendo énfasis en la melodía del verso– acomodo de las palabras —  que mejor se adapte al  sentido de lo que fue escrito.
Tensionar es llegar al máximo posible donde el lenguaje del verso  y su intrincada música y significado íntimo, hagan estremecer al que lo escucha en el idioma que hable y escriba.

EL PRINCIPIO DEL LENGUAJE POÉTICO.Una apreciación. Por Juan Cú

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  El Principio del Lenguaje Poético. 
Reducir aún más el espacio y cercar, acotar el fenómeno poético hasta el límite de su principio en la breve pero eficaz definición de lenguaje: es decir nombrar es señalar el nombre de las cosas, cosa difícil para el que constantemente renueva su vista (primer oficio del poeta).
Nombrar equivale a significar al otro o aquéllo, el verbo, en este caso, existiría sólo como un “enlace simple” con lo nombrado anteriormente.
En su nacimiento imaginativo, el verbo o movimiento de las cosas en el pensamiento del hombre se utilizó como una herramienta con la que originariamente confronta la realidad que lo rodea. El fenómeno poético tiene que ver con imaginar previamente lo nombrado por el poeta — la imagen pasiva –, es la “prefiguración” de una posible realidad distinta de lo que sus ojos observan detenidamente — la realidad que todos ven –.
De su confrontación –imagen activa (segundo oficio del poeta) –es de lo que la poesía se alimenta. Fin. J.Cú

CASANOVA Y VOLTAIRE Sel. Juan Cú

El último Infra. La columna de Juan Cú

Juan Cú
En LUZ DESDE EL INFRAMUNDO. Revista electrónica de Poesía, presentamos la nueva entrega de “El último Infra.” La columna de Juan Cú. Análisis crítico y mordaz con enfoque lúcido. Imperdible.
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CASANOVA Y VOLTAIRE
Sel. Juan Cú
DIÁLOGO CRÍTICO POÉTICO.
Giacomo Girolamo Casanova (Venecia 1725-Bohemia 1798, actual11173580_806726022745637_991518692_n Checoslovaquia) tiene en su contra la fama histórica de ser un aventurero, y por tal motivo pocos estudiosos han reparado en sus obras y las de sus contemporáneos. Octavio Paz emprendió el rescate de un contemporáneo de Casanova, el Marqués de Sade, en el siglo XX, pese a la opinión contraria que de Sade se tenía en México y el mundo.
Casi todo lo que escribió Casanova se encuentra inédito por el temor que genera su publicación, pues lo que está impreso se encuentra censurado por haber sido crítico de la aristocracia de su tiempo, hecho por el cual, en sus escritos, se han omitido el nombre de reyes y condesas con los que convivió.
La breve selección que ahora publicamos la forman tres capítulos extensos de sus Memorias, en los que habla únicamente de literatura y poesía con el famoso crítico Francois Marie Arouet, conocido como Voltaire (París 1694-1778). Fue entusiasta colaborador de la Enciclopedia (1751) de Diderot y D’Alembert, en versión completa en 18 volúmenes, la famosa enciclopedia francesa que se editó en el siglo XVIII con el nombre de Diccionario razonado de las ciencias, de las artes y de los oficios en el área de literatura y particularmente poesía (cabe señalar que existe la Enciclopedia Francesa completa en Facsímil, donada por el gobierno francés a la U.A.M del norte de la ciudad, de la que se pueden desplegar hasta diez metros de láminas en blanco y negro de toda arte de oficios de la época en el s. XVIII. Se encuentra encerrada bajo llave en su biblioteca, sin que pueda ser consultada masivamente).
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El diálogo se realiza en la casa de Voltaire, durante una conversación histórica 11180146_806726072745632_136751025_nsobre el lenguaje, que no deja de ser actual por la interpretación de los valores clásicos alejados de la fría postura académica de nuestros días. Los dos grandes escritores ofrecen a nuestros oídos curiosas opiniones y valoraciones del trabajo poético de los poetas del pasado. No es la opinión de la academia, insisto, que tenía en aquel entonces poco de ser fundada en los países europeos, sino de escritores autodidactas que se formaron en sus bibliotecas particulares.
Estos dos personajes distan mucho sus opiniones con respecto a los Premios Nóbeles de poesía y literatura del siglo XX, y aún del siglo XIX, es por ello, por su valor de como curiosidad histórica, y de conocimientos sobre la comparación del canon occidental (griego y romano) desde hace más de tres siglos, que por primera vez se publican aquí para la Revista electrónica Luz desde el Inframundo. Juan Cú
La traducción de esta obra fue efectuada por Helena Marty.
Título original: Histoire de ma vie. Memoires (1725-1786)
Giacomo Casanova
tomo 2
BIBLIOTECA BÁSICA UNIVERSAL
Dirección: Georges Lafforgue.
Voltaire- Me ha dicho que los italianos no están contentos de su escritura.
Casanova- Lo creo; en todo lo que ha escrito, abundan los galicismos. Su estilo es lastimoso.
Voltaire- ¿Pero es que los giros franceses no hacen más hermosa esa lengua?
Casanova- La hacen irresistible como lo sería la francesa acribillada de palabras alemanas o italianas, aun cuando fuera el señor de Voltaire quien la escribiese…
Voltaire— ¿Le gusta la poesía?
Casanova- Es mi pasión.
Voltaire- ¿Ha escrito muchos sonetos?
Casanova- Diez o doce, que acepto, y dos o tres mil que no he vuelto a leer.
Voltaire- Italia tiene pasión por los sonetos.
Casanova- Sí, si se puede llamar pasión la inclinación a dar a un pensamiento una medida que pueda hacerle resaltar. El soneto es difícil, porque no es lícito alargar ni acortar la idea que ha de adaptarse a los catorce versos.
Voltaire- Este es el lecho de Procusto, y por eso es que tienen tan pocos buenos. En cuanto a nosotros, no tenemos uno solo bueno, pero es defecto de la lengua.
Casanova- Es defecto del genio francés; porque se cree que un pensamiento dilatado ha de perder toda su fuerza y todo su brillo.
Voltaire- ¿Y no comparte esa opinión?
Casanova- Perdón. No se trata más que de examinar el pensamiento. Una buena palabra, por ejemplo, no basta a un soneto; esto es, en italiano como en francés, del dominio del epigrama.
Voltaire- ¿Cuál es el poeta italiano que prefiere?
Casanova- Ariosto; pero no puedo decir que prefiera a los otros porque es el único que me gusta.
Voltaire- Sin embargo, conoce los otros.
Casanova- Creo haberlos leído todos, pero todos desmerecen ante Ariosto. Cuando hace quince años, leí todo lo malo que de él usted dijo, pensé que se retractaría cuando lo hubiera leído.
Voltaire- Le doy gracias por haber creído que no lo había leído. Lo había leído, pero yo era joven, poseía superficialmente su lengua y con un criterio influido por italianos que adoraban al Tasso, tuve la desdicha de publicar un juicio que creía el mío, mientras no era sino el de la prevención irreflexiva de los que me habían influido. Adoro a Ariosto.
Casanova- ¡Ah! Señor Voltaire, respiro. Pero, por favor, deje de lado a la obra en que ha ridiculizado a tan grande hombre.
Voltaire- ¿Para qué? Mis libros están todos excomulgados, pero le voy a dar una buena prueba de mi cambio de parecer.
Casanova- Quedé absorto. Aquel grande hombre se puso a recitar los dos más largos trozos de los cantos treinta y cuatro y treinta y cinco, donde el divino poeta habla de la conversación de Astolfo con el Apóstol San Juan, y lo hizo sin omitir un solo verso, sin cometer la menor falta contra la prosodia.
En seguida señaló las bellezas con toda la sagacidad que le era natural, y con toda la precisión de un grande hombre. Hubiera sido injusto esperar nada mejor de los comentaristas más hábiles de la Italia. Yo le escuchaba con toda la atención posible, respirando apenas, y deseando encontrarle un error en un solo punto, pero perdí el tiempo.
Me volví hacia donde estaba la gente exclamando que estaba sorprendido, y que informaría a toda Italia de mi admiración. “Y yo, caballero, repuso Voltaire, informaré a toda Europa de la reparación que debo al mayor genio que ha producido”.
Insaciable de elogios, que por tantos títulos él merecía, Voltaire me dio al día siguiente la traducción que había hecho del Ariosto que comienza por este verso:
Quindi avvien che tra principi e signori [Sucede luego que entre príncipes y señores.]
Al terminar el recitado, que le valió los aplausos de todos los asistentes, aunque algunos de ellos no comprendiesen el italiano, la señora Denis, su sobrina, me preguntó si yo creía que el trozo que su tío acababa de recitar era uno de los mejores del gran poeta.
Casanova- Divino, señora; pero no es el más hermoso.
Voltaire- ¿Lo han santificado? No lo sabía -dijo Voltaire.
A estas palabras, todo el mundo se echó a reír, excepto yo, que me quedé callado. Voltaire, picado porque yo no me reía como los otros, me preguntó el motivo.
-Piensa -me dijo-, que es por un trozo más que humano por lo que se le ha dado el calificativo de divino?
Casanova- Seguramente.
Voltaire- ¿Y cuál es ese trozo?
Casanova- Son las treinta y seis últimos versos del canto vigésimo tercero, en el que el poeta describe cómo Rolando se volvió loco. Desde que el mundo existe, nadie ha sabido cómo se adquiere la locura, si no es Ariosto, que lo estuvo a fines de su vida. Estos versos dan horror, señor Voltaire, y estoy seguro de que lo han hecho temblar.
Voltaire- Sí, los recuerdo; pintan espantoso el amor. Desearía volver a leerlos.
¿No nos complacería recitándolos? -me dijo la señora Denis, dirigiendo a su tío una mirada disimulada.
Casanova- Con mucho gusto, señora, si tiene la bondad de escucharme.
Voltaire- ¿Acaso se ha tomado el trabajo de aprenderlas de memoria? -me dijo Voltaire.
Casanova- Diga el placer, porque no me ha costado ningún trabajo. Desde la edad de dieciséis años no he dejado pasar uno sin leer a Ariosto dos o tres veces: es mi pasión y quedó grabado en mi memoria sin que yo me haya tomado el menor trabajo. Lo sÈ todo, a excepción de sus largas genealogías y sus largas tiradas históricas, que cansan la imaginación pero no conmueven. Y además de aquellos los versos de Horacio que están grabados en mi mente, a pesar de la construcción algunas veces demasiado ligera de sus epístolas, que están muy lejos de las de Boileau.
Voltaire- Boileau es algunas veces muy lisonjero, señor Casanova; acepto a Horacio, que también hace mis delicias; pero para Ariosto, cuarenta grandes cantos es demasiado.
Casanova- Son cincuenta y uno, señor Voltaire. El gran hombre quedó mudo, pero allí estaba la señora Denis.
-Veamos, veamos -dijo ella- estas treinta y seis estancias que hacen estremecer, y que han merecido a su autor el título de divino.
Casanova- Comencé a recitarlas, con tono seguro, pero no declamándolas con la monotonía adoptada por los italianos, y que los franceses nos reprochaban justificadamente. Los franceses serían los mejores declamadores, si no se lo impidiera la rima, porque son, de todos los pueblos, los que más justamente sienten lo que dicen. No tienen ni el tono apasionado y monótono de mis compatriotas, ni el tono sentimental y exagerado de los alemanes, ni la manera fatigosa de los ingleses: dan a cada período el sentido y la modulación de voz que más conviene a la naturaleza del sentimiento que quieren expresar; pero la cadencia obligada les hace perder parte de estas ventajas. Yo dije los bellos versos de Ariosto como una hermosa prosa cadenciosa que animaba con el sonido de la voz, con el movimiento de los ojos, y modulé mis entonaciones según el sentimiento que quería inspirar en los otros. Se veía, se conocía el esfuerzo que hacía para contener mis lágrimas, que de todos los ojos corrían pero cuando estuve en esta estrofa:
Poiche allargare il freno al dolor poute,
Che resta sola senz ‘altrui rispetto,
Gi¸ dagli occhi rigando per le gote.
Sparge un fiume di lacrime sul petto.
Mis lágrimas escaparon con tanta abundancia que todos mis oyentes empezaron a lagrimear. Voltaire y su sobrina se aproximaron, pero sus palabras no pudieron interrumpirme, porque Rolando, para volverse loco, tenía necesidad de demostrar que estaba en el mismo lecho donde poco antes Angélica se había encontrado en los brazos del demasiado feliz Medozo, y era preciso que yo llegase al siguiente pasaje. A mi voz quejumbrosa y lúgubre hice suceder la del terror que nace naturalmente del furor con que su fuerza le hizo cometer estragos semejantes a los que podría ocasionar una horrible tempestad o un volcán acompañados de un terremoto.
Cuando acabé, recibí las felicitaciones de toda la reunión. Voltaire exclamó:
Voltaire- Yo lo he dicho siempre; el secreto de hacer llorar es llorar uno mismo; pero son precisas lágrimas verdaderas, y para derramarlas hace falta que el alma esté profundamente conmovida.
“Le doy las gracias -añadió abrazándome- y le prometo recitar mañana las mismas estrofas, y llorar como usted.
Lo cumplió.
Casanova- “…Haciendo recaer después la conversación sobre la literatura italiana, comenzó a razonar con ingenio y mucha erudición, pero terminaba siempre por un falso juicio. Yo le dejaba decir. Me habló de Homero, de Dante, de Petrarca, y todo el mundo sabe lo que él pensaba de estos grandes genios; de hecho, se ha perjudicado escribiendo lo que pensaba. Me contenté con decirle que si estos grandes hombres no merecían la consideración de todos los que los estudian, hace mucho que habrían caído del pedestal donde la aprobación les ha colocado…”
Casanova- los favorecidos de Plutón. Tenía entonces sesenta y seis años y ciento veinte mil libras de renta. Se ha dicho maliciosamente que este gran hombre se había enriquecido engañando a sus libreros; la verdad es que no ha sido, desde este punto de vista, más favorecido que el último de los autores y que lejos de haber engañado a sus libreros, él ha sido muchas veces el engañado por ellos. Es preciso exceptuar a los Cramer, cuya fortuna ha hecho. Voltaire había sabido enriquecerse por otro medio que su pluma, y como avaro por reputación, ha dado muchas veces sus obras, con la única condición de ser impresas y distribuidas…”
Voltaire- Pero sigamos. ¿El marqués Albergati es sin duda un literato?
“Escribe bien su lengua; pero se escucha, es prolijo y no encierra gran cosa su cabeza…”
Casanova- Empezó por decirme en la mesa que me daba las gracias por el regalo que le había hecho de Merlin Cocci.
Voltaire- Me lo ha ofrecido seguramente con buena intención -dijo- pero no le doy gracias por el elogio que me ha hecho del poema; es usted el culpable de que haya perdido cuatro horas leyendo simplezas.
Casanova- Me sentí desagradado, pero me mantuve dueño de mí mismo y le respondí con calma que quizá se vería obligado otra vez a hacer un elogio mejor que el mío. Le cité muchos ejemplos de lo insuficiente que puede ser una primera lectura.
Voltaire- Es verdad -dijo- pero en cuanto a su Merlín, lo abandono. Lo he puesto al lado de La Doncella de Chapelain.
Casanova- Que agrada a todos los inteligentes, no obstante su mala versificación, porque es un buen poema y Chapelain era poeta, aunque hacía malos versos. No puede discutirse su talento.
Mi franqueza debió chocarle y yo debía haberlo adivinado, puesto que me había dicho que pondría el Macaronicon al lado de La Doncella. Yo sabía también que un poema indecente del mismo nombre que corría por el mundo pasaba por ser suyo; pero sabía que él no aceptaba su autoría y contaba por ello que disimularía el fastidio que debía causarle mi explicación. No fue así, pues me replicó agriamente y yo hice lo mismo.
Casanova- Chapelain -le dije-, ha tenido el mérito de hacer agradable su obra, sin solicitar la adhesión de sus lectores por medio de cosas que hieran el pudor o la piedad. Este es el parecer de mi maestro Crebillon.
Voltaire- ¡Crebillon! Me cita un gran juez. Pero le ruego me diga cómo puede ser Crebillon su maestro.
Casanova- Me ha enseñado, en menos de dos años, a hablar el francés, y para darle una prueba de mi reconocimiento, he traducido el Rhadamista en versos alejandrinos italianos. Soy el primer italiano que se haya atrevido a adaptar este metro a nuestra lengua.
Voltaire- ¿El primero? Le pido perdón, pero este honor pertenece a mi amigo Pietro Giacomo Martelli.
Casanova- Siento tener que decirle que está equivocado.
Voltaire- ¡Diantre!, tengo en mi cuarto sus obras impresas en Bolonia.
Casanova- No se lo discuto; no le discuto más que el metro empleado por Martelli. No puede haber leído de él más que versos de catorce sílabas sin rimas. Sin embargo, yo pienso que ha creído, neciamente, imitar a usted, sus alejandrinos, y su prefacio ha hecho reír. ¿No lo ha leído quizá?
Voltaire- ¿Que si no lo he leído? Tengo la manía de los prefacios. Martelli prueba que sus versos hacen al oído italiano, el efecto que los alejandrinos hacen al nuestro.
Casanova- Y eso es precisamente lo que tienen de risible. El buen hombre se ha engañado y no quiero otro juez que usted acerca de esta idea. Su verso masculino no tiene más que doce sílabas poéticas, y el femenino, trece. Todos los versos de Martelli tienen catorce, excepto los que terminan por vocal aguda, que al fin del verso vale siempre por dos. Observe que el primer hemistiquio de Martelli es constantemente de siete sílabas, mientras que en francés jamás es de más de seis. O su amigo Pietro Giacomo era sordo, o tenía la oreja trabada.
Voltaire- ¿Luego usted sigue rigurosamente la teoría de nuestra versificación?
Casanova- Rigurosamente, a pesar de la dificultad; porque casi todas nuestras palabras acaban por una breve.
Voltaire- ¿Y qué efecto produjo su innovación?
Casanova- No ha agradado, porque nadie ha sabido recitar mis versos, pero espero que esto se modifique cuando los dé a conocer yo mismo en nuestros círculos literarios.
Voltaire- ¿Recuerda algún trozo del Rhadamista?
Casanova- Me acuerdo de todo él.
Voltaire- Prodigiosa memoria; lo oiré con mucho gusto.
Me puse a decir la misma escena que había recitado a Crebillon diez años antes y me pareció que Voltaire me escuchaba con placer. “No se echa de ver, me dijo, la menor dificultad”. Era lo más agradable que podía decirme. A su vez el gran hombre me recitó un trozo de su Tancredo que aún no había publicado, creo, y que la continuación fue considerada justamente un modelo…”

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POESÍA Y TEATRO. Por Juan Cú

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Elizabeth Novoa Méndez. Experimentada Actríz Dramática, directora de grupos teatrales en la ciudad de la República Mexicana.
Sí, tiene Ud. razón, lo mío quizá sea la lectura de la historia o el relato de la misma… no más. Nos faltó, eso sí, la interpretación suya , la interpretación Srita. Elizabeth Novoa Mendez de la Carlota, la esposa de Maximiliano para mejorar la situación escasa de la inesperada improvisación (Diderot, Chejov, Stanislavski, F. Wagner, y un maestro que conocí Enrique Ruelas..etc., lo aprobarían, “donde exista situación poética entrará en juego la acción dramática”).
Se hubiése subido al proscenio, Elizabeth, se lo habría agradecido.
Así, la Tragedia Griega dió pié al teatro moderno por más de 2500 años de variantes sobre su propio tema ante el espectador y la teoría, por ejemplo los diálogos de los actores con el público asistente no fueron cosa nueva a parte de otras cosas vanguardistas como pudiera esperarse de las novedades con “Seis personajes en busca de autor” de L. Pirandello (1921).
Las propuestas del italiano fueron a más de 200 años antes, también improvisadas, rompiendo los esquemas clásicos del teatro del siglo de Oro español (XVI) por las sencillas y casi “monológicas” Loas y Sainetes escritas por Sor Juana (siglo XVII), y actuadas por ella misma como una sencilla monja que se le prohibía presentarse en público, por aquello de la regla conventual, firmado a sangre por la propia interesada (el llamado “voto de silencio durante el siglo”).
Regresando a la historia griega, fueron los poetas del mediterráneo, en especial el poeta Homero, el escritor de la epopeya poética llamada La Ilíada, que el teatro griego se formó a su causa para explicación al público de los intrincados problemas “morales de la época,” provenientes de las interpretaciones de la lengua griega de aquel poema religioso y nacionalista.
Fueron otros poetas los que continuaron el legado de Homero ( Eurípides, Sófocles y Esquilo) quienes levantaron la llamada tragedia antigua Griega, sostén del teatro actual.  Juan Cú.

EXAMEN DE POETAS. EL DESLINDE. Por Juan Cú

El último Infra. La columna de Juan Cú

Dar Click abajo para ver el original de la revista dirigida por el literato Armando Ortiz
https://luzdesdelinframundo.wordpress.com/2015/04/06/el-ultimo-infra-la-columna-de-juan-cu-3/
En LUZ DESDE EL INFRAMUNDO. Revista electrónica de Poesía, nos complace presentar una nueva entrega de la columna de Juan Cú. Análisis crítico y mordaz con enfoque lúcido. Imperdible.
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EXÁMEN DE POETAS. EL DESLINDE. Por Juan Cú
Muchas veces en la historia de México y el mundo, los escritores afJuan Cúicionados y los escritores de experiencia dudan de si en la generación que les tocó vivir se encuentra un verdadero poeta a la altura de los que hubo en el pasado, se preguntan si existe un poeta como aquellos poetas que ahora la tradición les hace un espacio entre los grandes, éstos que las editoriales publican su obra sabiendo que están ante un escritor sobresaliente.
Esa pregunta primordial que abre la cuestión de si el poeta que estoy leyendo ahora, o que escucho en algún recital o presentación y que ha recibido galardones y premios y que detenta el reconocimiento oficial de las instituciones y acude constantemente a congresos de poesía y literatura estatales e internacionales; que se codea con otros escritores que tienen prestigio internacional al grado de frecuentar también a los premios Nobel de literatura.
Pero cuando leemos a estos triunfadores de la literatura, desde nuestra conciencia y con la experiencia de excelentes lecturas de los grandes escritores del pasado sentimos una duda que nos surge de aquél galardonado y multipremiado “de que como que le falta algo” a ese escritor, poco o mucho de lo que les sobra a los verdaderos poetas y escritores del pasado o tradición.
Es en este punto, lo de la pequeña duda, que como lo apuntaba el filósofo francés René Descartes (1596–1650), empieza en la “duda” nuestro verdadero conocimiento.
Así, al comparar la obra de un gran autor que la tradición y el tiempo han probado para pertenecer en el gusto universal, acaso, y en comparación con aquél galardonado por el presente inmediato y fugaz, y de quien dudamos, (fuera de la ideología vanguardista y temporal que normalmente lo acompaña y defiende), pudiera servir “el método comparativo” de su obra entre estos dos autores para salir de nuestra duda.
Aunque muy usado en el pasado, la comparación fue poco practicada sabiamente: los estudios comparados fueron desde su origen usados por los enemigos literarios para denostar a los autores de la siguiente generación. El uso asertivo del “método comparativo” y de lecturas clave y el buen gusto para saber escoger lo mejor que la tradición ha escrito y publicado, podría resignificar este método antiguo pero eficaz para diferenciar a los escritores nuevos con los otros poetas de la tradición.
Escritores de los que se duda y fueron impuestos sin criterio convincente, y que siguen ocupando un sitio que no les corresponde, el uso del método comparativo sería una solución para que pudiéramos dejar las cosas en su sitio respectivo, anticipándonos al tiempo, que todo lo resuelve y que por lo general no se equivoca.
“Un verdadero poeta actual” puede y utiliza los recursos de la tradición que usaron los poetas grandes del pasado y logra con ello poemas al menos a la altura de los poetas grandes de la antigüedad, y también puede, “un verdadero poeta”, con las retóricas de sus contemporáneos y de su pasado inmediato, crear mejores poemas o al menos distintos pero con la gran tradición retórica a cuestas.
Para comprobar la eficacia del “método comparativo” se le pueden pedir a estos escritores actuales de los que se tiene alguna duda de su capacidad, un poema, a manera de examen con la misma temática de los poemas de los grandes poetas de la tradición, por ejemplo un poema dedicado a la flor más cantada por los mejores poetas del mundo: la Rosa, como lo hicieron Don Luis de Góngora (1561-1621), Sor Juana Inés de la Cruz (1645?-1695), Jorge Luis Borges (1899-1986) etc., y comprobar por la calidad su capacidad creadora, y si están debajo o cercanos a ellos.
Estos ejercicios o exámenes difíciles de temática antigua se hacían durante cada nueva generación de escritores (y pintores) de cada siglo en el pasado desde la escuela griega hasta el renacimiento, y de aquí hasta finales del siglo XIX; en las primeras décadas del siglo XX se evitó este filtro adecuado como método por considerarlo atrasado y poco utilitario para consumar, en muchos casos una moda literaria y no un fortalecimiento del arte poético (Ver Stéphane Mallarmé (1842–1898),Obras, vgr. “Una tirada de dados jamás abolirá el azar”)
La mexicana Sor Juana Inés de la Cruz (1645?-1695), por ejemplo, utilizó las mismas temáticas poéticas de Calderón de la Barca (1600-1681) para demostrar su reconocimiento ante su siglo de que ella estaba a la altura de los más pAlfonso Médez Plancarte. Crítico mexicanoer claros escritores del siglo de oro español, claro que tenía la estatura y no pocas veces más allá del maestro español según lo demuestra el inconforme y aguerrido crítico Alfonso Méndez Plancarte (1909-1955) con las más de 600 páginas de citas cotejadas en la obra completa de Sor Juana en 4 tomos (Fondo de Cultura Económica, F.C.E.)
Alguna vez el examen de las temáticas antiguas lo intentó el mexicano Salvador Díaz Mirón,(1853-1928) tratando de emular el poema “Ojos Claros y serenos” de Gutierre de Cetina (1520-1557) casi trescientos años después sin conseguirlo desde mi punto de vista, claro el maestro Salvador Díaz Mirón está en su libro “Lascas.”
Otro gran escritor Rubén Darío (1867-1916), trataría de emular al maestro Salvador Díaz Mirón, también desde el mismo “método temático comparativo” y de esa forma con el método comparativo que hemos revisado, podemos de alguna forma, observar la altura que guardan entre sí los grandes poetas en la historia. Ver ejemplos abajo:
A una rosa
Luis de Góngora y Argote
(1561-1621)
Ayer naciste y morirás mañana.
Para tan breve ser, ¿quién te dio vida?
¿Para vivir tan poco estás lucida,
y para no ser nada estás lozana?
Si te engañó su hermosura vana,
bien presto la verás desvanecida,
porque en tu hermosura está escondida
la ocasión de morir muerte temprana.
Cuando te corte la robusta mano,
ley de la agricultura permitida,
grosero aliento acabará tu suerte.
No salgas, que te aguarda algún tirano;
dilata tu nacer para tu vida,
que anticipas tu ser para tu muerte.
A una Rosa
Sor Juana Inés de la Cruz
(1645(?)-1695)
Rosa divina, que en gentil cultura
Eres con tu fragante sutileza
Magisterio purpúreo en la belleza,
Enseñanza nevada a la hermosura.
Amago de la humana arquitectura,
Ejemplo de la vana gentileza,
En cuyo ser unió naturaleza
La cuna alegre y triste sepultura.
¡Cuán altiva en tu pompa, presumida
soberbia, el riesgo de morir desdeñas,
y luego desmayada y encogida.
De tu caduco ser das mustias señas!
Con que con docta muerte y necia vida,
Viviendo engañas y muriendo enseñas.
La rosa
Jorge Luis Borges
(1899-1986)
La rosa,
la inmarcesible rosa que no canto,
la que es peso y fragancia,
la del negro jardín de la alta noche,
la de cualquier jardín y cualquier tarde,
la rosa que resurge de la tenue
ceniza por el arte de la alquimia,
la rosa de los persas y de Ariosto,
la que siempre está sola,
la que siempre es la rosa de las rosas,
la joven flor platónica,
la ardiente y ciega rosa que no canto,
la rosa inalcanzable.
OJOS CLAROS Y SERENOS
Gutirre de Cetina
(1520-1557)
Ojos claros, serenos,
si de un dulce mirar sois alabados,
¿por qué, si me miráis, miráis airados?
Si cuanto más piadosos,
más bellos parecéis a aquél que os mira,
no me miréis con ira,
porque no parezcáis menos hermosos.
¡Ay, tormentos rabiosos!
Ojos claros, serenos,
ya que así me miráis, miradme al menos.
Ojos Verdes
Salvador Díaz Mirón
(1853 – 1928)
Ojos que nunca me veis,
por recelo o por decoro,
ojos de esmeralda y oro,
fuerza es que me contempléis;
quiero que me consoléis
hermosos ojos que adoro;
¡estoy triste y os imploro
puesta en tierra la rodilla!
¡Piedad para el que se humilla,
ojos de esmeralda y oro!
Ojos en que reverbera
la estrella crepuscular,
ojos verdes como el mar,
como el mar por la ribera,
ojos de lumbre hechicera
que ignoráis lo que es llorar,
¡glorificad mi penar!
¡No me desoléis así!
¡Tened compasión de mí!
¡Ojos verdes como el mar!
Ojos cuyo amor anhelo
porque alegra cuanto alcanza,
ojos color de esperanza,
con lejanías de cielo:
ojos que a través del velo
radian bienaventuranza,
mi alma a vosotros se lanza
en alas de la embriaguez,
miradme una sola vez,
ojos color de esperanza.
Cese ya vuestro desvío,
ojos que me dais congojas;
ojos con aspecto de hojas
empapadas de rocío.
Húmedo esplendor de río
que por esquivo me enojas.
Luz que la del sol sonrojas
y cuyos toques son besos,
derrámate en mí por esos
ojos con aspecto de hojas.

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OCTAVIO PAZ, SU PRIMER FRACASO. Por Juan Cú

El último Infra. La columna de Juan Cú

Juan Cú
Hoy estrenamos en LUZ DESDE EL INFRAMUNDO. Revista electrónica de Poesía, la sección de análisis e investigación con la columna de nuestro colaborador y amigo, Juan Cú.
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Octavio Paz, su primer fracaso.
Juan Cú
“Desde antes de llegar a París admiraba las actitudes del grupo, (los surrealistas) su rebeldía, su intransigencia ante… academias, honores, premios)” O. Paz. “Prólogo” a El Arco y la Lira.
“… Pienso que Huerta, Revueltas, Beltrán o cualquier otro, podrían hacer cosas mejores si no tuvieran que escribir para los periódicos, para el cine o para las agencias de publicidad. No creo que sea difícil dar, cada año, tres o cuatro becas a los artistas jóvenes, ni tampoco es necesario que los favorecidos sean figuras de primer orden. Lo importante es crear un ambiente, una atmósfera de cordialidad y de trabajo.”
O. Paz, en Cartas de Berkeley. Por Guillermo Sheridan)

Es poco sabido que El premio Nobel mexicano de literatura 1992, concursó junto con otros escritores para ganar el Premio Nacional de Ciencias y Artes en Literatura y Lingüística de México en 1945. No ganó el premio. Y éstas fueron las circunstancias.
Lo ganaría 32 años después, en 1977.
Al joven Octavio Paz le fue adversa, de alguna forma, la política cultural del presidente Ávila Camacho. En su editorial, Octavio G. Barreda, editor de la revista El Hijo Pródigo (1943-1946) a principios del año de 1945, publicaba:
“Hablábamos del amigo ausente [se refiere a Octavio Paz], de ese magnífico poeta del cual nos llegan noticias de que pasa hambres y miserias en un país extraño. El influyente nos escucha, y una vez que terminamos la defensa del amigo, nos contesta reposada y ampulosamente:
– ¿Sugiere usted acaso que el Estado deba convertirse en tutor y guardián de cualquier vecino, de cualquier vago sólo por el hecho de que éste ha hecho con más o menos éxito algunos versos? ¿No tenemos demasiado con los múltiples y trascendentales problemas nacionales del momento? Estos pintorcillos, estos aspirantes a Beethóvenes, a Goethes, no entienden que la vida es dura y el que no trabaja no come. ¿Su amigo sabe taquigrafía, contabilidad? ¿Quisiera, además, trabajar como cualquier otro empleado las ocho horas reglamentarias? En ese caso quizá podría encontrarle colocación de unos cien pesos mensuales, en inteligencia de que…” (El Hijo Pródigo. AÑO II. VOL.VII.NUM.22, 15 de enero de 1945).
Durante el año de 1945 el joven Paz se ilusionaba con ganar el Premio Nacional de Literatura de ese año (es el año de 1945 cuando se otorga por primera vez el premio). Octavio se sabía ganador, ya que la convocatoria pedía una obra de “literatura”. Posiblemente, Octavio Paz concursaría con un libro de “poemas”*, quizá con los libros de poemas: Entre la piedra y la flor, 1941 o con los publicados en 1942 “A la orilla del mundo y Primer día, Bajo tu clara sombra, Raíz del hombre, Noche de resurrección o con una variante del ensayo como el que estaba escribiendo durante el tiempo en que le otorgaron la beca de la Fundación Guggenheim (1944) con el título de: “América y su expresión poética”** (esto último, según se lo comunica en sus cartas Octavio Paz a Octavio G. Barreda. Ver a profundidad lo que se discutía sobre la cultura nacional en esa época en 13 cartas (1897-1964), pertenecientes a la “Nettie Lee Benson Latin American Collection Library de la Universidad de Texas en Austin.” También: Octavio Paz: “Cartas de Berkeley”. Por Guillermo Sheridan).
A principios de los cuarenta se le consideraba a Octavio Paz un ensayista importante. Él mismo nos dice:
“En 1942 participé en un ciclo de conferencias destinadas a conmemorar el cuarto centenario del nacimiento de San Juan de la Cruz. Aproveché la ocasión para tratar de poner en orden mis encontradas ideas y sentimientos. No lo conseguí pero esas reflexiones me abrieron un camino. Llamé a mi ensayo “Poesía de soledad y poesía de comunión”. Con vehemencia que hoy me hace sonreír pero que no repruebo enteramente, describía el anhelo de comunión que anima a todo verdadero poeta como «un apetito…, un hambre de eternidad y de espacio, sed que no retrocede ante la caída…, hambre de vida, sí, pero también de muerte… Los poetas han sido los primeros que han revelado que la eternidad y lo absoluto no están más allá de nuestros sentidos sino en ellos mismos». Obras completas T. 1. El Arco y la Lira.
Regresando al Premio Nacional de Literatura que se entregaría a finales de 1945, la revista El Hijo Pródigo, presentía un desenlace premeditado. En su editorial, escrita por su editor, Octavio G. Barreda el día 15 en agosto de 1945 (tres meses antes de la entrega aproximadamente), se advertía:
“En estos momentos en que los jurados del Premio Nacional de Literatura apartan el grano bueno del malo, entre una cosecha de cinco años de producción más abundante de lo que a primera vista pudiera creerse, ocurre pensar en algo que no está consignado ni clara ni obscuramente en las bases del certamen. ¿El premio será concedido al mejor libro de invención, de creación, de imaginación literarias? O dicho de otro modo: ¿una novela, un libro de poesías o de cuentos, o una obra de teatro excelente, va a ser seleccionada como lo mejor de una cosecha literaria? Así, al menos, lo pensamos nosotros; mas no porque esta idea se halle expresada en las bases del Concurso, sino porque creemos que la obra premiada en este primer efectivo certamen debe ser una obra de creación, imaginación y fantasía, de apariencia realista o no realista, de tendencia social o sin ella, pero siempre una obra literaria de creación. Porque un libro de historia o un libro de Crítica, no pertenece al dominio que –sobre todos los demás– merece estímulo y recompensa. Instituciones tan antiguas y de también cimentada fama como, por ejemplo, la del Premio Nobel, han distinguido siempre lo que es Ciencia de lo que es Literatura para adjudicar su recompensa, informada eso sí, en sus particulares aspiraciones que por el momento no viene al caso comentar, aunque sí convendría enfatizar que este famoso premio se concede, explícitamente, más que una obra aislada, a la obra general y a la tendencia general del autor de esa obra de creación literaria. Sobre este particular, las bases de nuestro Concurso Nacional de Literatura son más claras: se trata de premiar una obra destacada, y no al autor de obras destacadas dentro de los últimos cinco años. Los jurados, pues, a nuestro entender, tendrán que limitarse, en el caso presente, a señalar una obra única y siempre de creación literaria desatendiendo en esta ocasión los libros de Ciencia histórica o literaria que bien pueden ser objeto de selección cuando al Premio de Literatura suceda, como ha sido anunciado, el Premio a la mejor obra Científica.
Es, justamente, la imaginación creadora, a través de un género literario definido lo que debe representar, fuera y dentro del país, la potencia del espíritu mexicano en el terreno de la creación literaria.” El Hijo Pródigo. Año III, VOL.IX, Núm. 29
Cuando se cumplió el plazo para entregar el premio, Octavio Paz se sorprendería al darse a conocer el ganador. El premio fue otorgado al erudito Alfonso Reyes con el ensayo La crítica de la edad ateniense. (600 a 300 a. C.) (1941).***
Quizá Octavio pensaría que no debería concursar durante los próximos 12 años con libros de poemas. Lo curioso fue que Octavio Paz criticaba el “ambiente” academicista de la cultura mexicana de entonces, así fueran las obras de ciencia literaria e historia y su primer premio fue con un ensayo y no un libro de poemas. (En 1957 obtiene el premio Xavier Villaurrutia por el ensayo El Arco y la Lira).
* Octavio Paz había escrito tres libros hacia 1945. Octavio G. Barreda. El Hijo Pródigo. AÑO II. VOL.VII.NUM.22 15 de enero de 1945.
** “Si alguna vez escribo el ensayo que me ha encargado la Guggenheim –y que ¡todavía no principio!– estará dedicado a su memoria” [de Jorge Cuesta], marzo 1944.
*** El jurado del premio del Concurso Nacional de Literatura probablemente se debatía entre los siguientes libros de Alfonso Reyes:  El deslinde. Prolegómenos a la teoría literaria (1944) y el ganador del primer  Premio Nacional de Literatura 1945 La crítica en la edad ateniense (600 a 300 a. C.) (1941)

LOPE DE VEGA ENEMIGO DE CERVANTES. Por Juan Cú

57b76-2950f5aab92950720c9f2b50720c74lopevscerv-e1425300389176En su tiempo la novela del Quijote fue considerada como una obra de entretenimiento menor, casi una comedia burlesca, sin la seriedad, ni gravedad literaria que exigia la época siglo XVI, XVII: (el renacimiento que desde el siglo XV se resistirìa de alguna forma hasta entrados el s. XVII), es decir, que a principios del siglo XV se volvió a los clásicos griegos; toda europa escribiría a la manera griega, por ejemplo, en Inglaterra Christopher Marlowe con su Trágica Historia del Doctor Fausto, Shakespeare con los dramas trágicos que conocemos, etc., fue una época de sabios y doctos; de investigación y descubrimientos de tierras y continentes habitados a los ojos de occidente, que, la aparición de una obra burlesca como el Quijote de Cervantes entre la solemnidad de su tiempo se la consideraría como de una obra de género menor, algo así como la comparación en el año 405 a. de C. de las obras filosóficas de Platón con respecto a las Comedias de Aristófanes.
Pasaría, entre otras cosas, a la historia porque fue ridiculizada con la aparición de un segundo tomo apócrifo y anónimo, antes de la publicacion del segundo tomo del Quijote original de Cervantes. “El Quijote de Avellaneda” se escribió para denostar el primer tomo de el Quijote y a su autor Miguel de Cervantes (  es de hacer notar que existe evidencia cierta que Cervantes tenía su boleto comprado para venir a México; no se sabe si llegó a la Nueva españa, México, faltan datos, ya saldrán de las investigaciones del archivo de Indias en Sevilla España. Lo cierto es que fue muy amigo del primer poeta “mexicano”, nacido en México: Francisco de Terrazas. En 1584,  Cervantes lo elogia en  su Galatea :
“De la región antártica podría
eternizar ingenios soberanos …
Francisco, el uno, de Terrazas tiene
cuya vena caudal nueva Hipocrene
ha dado al patrio venturoso nido …”)

“El Quijote apócrifo de Avellaneda”, está a la altura del talento literario de la de El Quijote de Miguel Cervantes, según se colige del silencio forzado ante el cuestionamiento que se le hiciera a el crítico Don Marcelino Menéndez y Pelayo, acerca de la obra apócrifa. Es posible que la escribiera Don Lope de Vega, enemigo del manco de Lepanto.
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Lope de Vega, el Fenix de España en el siglo XVII, trabajó por un tiempo dictaminando libros desde las normas inquisitoriales, es decir, decidiendo personalmente lo que se publicaba en su país España. Mantendría a raya las publicaciones de sus enemigos. Lope calla cuando se publica “el Quijote apócrifo de Avellaneda”, que obligó a Cervantes escribir con gran rapidez su segundo tomo, que como era de esperarse en su primera edición aparecieron errores de imprenta y capítulos de las aventuras de “El Quijote” extraños a la unidad temática del libro.
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Luego, Cervantes enfrentaría una controversia literaria con el supuesto Lope de Vega o escritor anónimo de nombre Avellaneda, que se encuentra escrito en “alusiones” en el prólogo del segundo tomo de El Quijote de la Mancha.

Por décadas ganó fama posterior ” El Quijote” de Miguel de Cervantes a pesar de los errores de construccion y desarrollo de la obra. Se hízo popular con el tiempo y fue permitida su circulación en los países de habla hispana y el mundo por los férreos inquisidores, éstos que censuran las obras del pasado para su lectura familiar con la consigna de ser ésta, la de “El Quijote”, una obra que no atenta a las buenas costumbres… y no hay nada en ella que se pueda señalar como impropia…etc., (por ejemplo: “¡Oh hideputa, puto, y qué bien que lo ha hecho! … ¡Oh hideputa, puta, y qué fuerza y que vigor debe de tener la bellaca! “, en “El Quijote de la Mancha”, se considera la cita anterior como lenguaje coloquial y florido de la época ).
Hasta el siglo XX, le hemos asignado al Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes nuevos valores subjetivos originados por la necesidad del rescate de una obra que ha perdurado en el tiempo naturalmente, y la hemos adornado de criterios intelectuales desde la ideología de los lectores del siglo XX, que originalmente no tenía la novela y por supuesto ahora no tiene.
Es una obra amena como las hubo en aquella época ejemplar (s. XVI, ver introducción a “Origenes de la Novela” de Marcelino Menéndez y Pelayo ) , hartos de los cientos de novelas de caballería publicados en su tiempo (Best sellers de nuestra época de s. XX , si hacemos la comparación, recuérdese la invención de la imprenta en el año 1450 aprox. ) y de sus héroes inmortales, reyes y príncipes feudales. El Quijote es una burla hacia aquéllos viejos editores con el nuevo juguete de la imprenta de Juan Gutenberg desde la visión de un “loco amigable”, Don Alonso Quijano, ante el cansancio y molestia de las editoriales publicando lo mismo y mal con el afanoso método mercantil del libro y su lucro en el comercio. Juan Cú

TIERRA BALDÍA DE T.S. ELIOT, por Juan Cú

TIERRA BALDÍA DE T.S. ELIOT             Lo que esta detrás de un libro           comentario a una entrevista
Por Juan Cu
Mi fotoFoto abajo: Thomas Stern Eliot  (St. Louis, Misuri; 26 de septiembre de 1888 – f. Londres; 4 de enero de 1965) fue un poeta, dramaturgo y crítico literario anglo-estadounidense.  Foto: Thomas Stern Eliot   (St. Louis, Misuri; 26 de septiembre  de 1888 - f. Londres; 4 de enero de 1965)   fue un poeta, dramaturgo y crítico  literario anglo-estadounidense. He leído su entrevista Graciela Roque García (1), sus preguntas conformaron una visión general del entrevistado. Simplemente quisiera hacer notar un detalle para sus numerosos lectores. Es quizá un error de los entrevistados, al decir de sus lecturas, ofrecer una lista de distinguidos poetas que el tiempo ha consagrado como imprescindibles en el siglo XX. Un caso unicamente, como ejemplo: la lectura de T.S. Eliot, Wast Land – Tierra Baldia- la primera edición, que quizá no leyó, o al menos no lo hace notar en la entrevista el entrevistado, aquella edición, la que tiene infinidad de notas al márgen de la página, y que luego en ediciones  posteriores ( por culpa de su maestro Ezra Pound ) se suprimieron. Y esta edición última es la que sí pudo leer, y que son dos libros diferentes, creo. Claro cualquiera podría aludir que ello es un asunto académico, que no tiene importancia para los creadores de poesía. Aquél podría estar en lo cierto, aunque es difícil poder explicar a T.S. Eliot sin la lectura de LA RAMA DORADA en doce tomos (1907–1915) de James George Frazer (1854–1941) y hecha esta edición resumen desde 1922 en dos tomos y un resumen posterior como lo hízo la editorial que conocemos del F.C. E. en México y en sudamérica hasta la fecha. La Rama Dorada esta inserta en la obra de T.S. Eliot y en este poema en particular, desconocer el hecho no es grave hasta cierto punto. ( Ni siquiera la academia discute estos temas, no porque no los sepa, los puede saber, pero no es un tema que a alguién le importe en los medios; en ellos, los académicos, es disculpable, pero no en un poeta que se precie de serlo… ) Coincido con aquel entrevistado de que la poesía es un asunto de difícil apreciación, pero no descartaría al académico, ni al crítico profesional, ellos hacen su esfuerzo sin la retribución de la que el poeta, es por natural recompensado por el público, al menos, como un probable éxito. Esta idea arquetípica de que goza el poeta por antonomasia.   
Para los interesados en leer  Waste Land, Tierra Baldía en su idioma original y con sus notas de la edición príncipe den click abajo. Gracias.
http://en.wikisource.org/wiki/The_Waste_Land
 (1)  GRACIELA ROQUE GARCÍA.  Nació en México, D.F. Realiza estudios de Lengua y Literatura Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Textos de su autoría están incluidos en Antología del Maratón. Reunión de poetas noveles. Editorial Épica, 2009; Cuentos del Sótano l, II,  III y IV, Leer el Cuento y Cuarenta esquirlas al aire, Ediciones Endora, 2009, 2010, 2011 y 2012; en las revistas Recaudador Literario del Centro Cultural de la SHCP, 2009,  2010 y 2011; poemas en la Antología El eco de la tinta, Edit. Strombus, 2010, La República en la voz de sus poetas. XX Encuentro Internacional de Mujeres Poetas en el País de las Nubes, Centro de Estudios de la Cultura Mixteca, 2012 y en la Revista Electrónica Argot & Aisthesis, 2011. Cronista del Torneo de Poesía 2010, 2011 y 2012. Adversario en el cuadrilátero. Columnista de la revista electrónica Seminario Deportivo de Poesía Ring.

LA CRÍTICA LITERARIA por Juan Cú

Mi fotoPor Juan Cú
Cuando la crítica emprende el viaje a la generalizacion de un concepto suyo y a imponerlo en la historia, más que afinar la puntería, falla; debido a que su oficio es corregir y no ejercer su dictadura;
lo que hoy fue bueno, mañana quien sabe . Tan endeble y fugaz es el gusto y el juicio crítico” (O. Paz).
La historia de la crítica literaria ha tratado de corregir esto con la idea de entender la literatura como un proceso histórico, es decir lineal, pero cae de nueva cuenta en la mórbida petrificación de sus conceptos, de ahí, el acto revisionario constante de las antologías: en el pasado cada cien años, en el presente se realiza en cada cambio generacional (15 AÑOS). Una ciencia de la literatura nos es tan lejana ( en México (1944) y creo por primera vez en español, no sé sí última, se intentó con Alfonso Reyes, EL DESLINDE ) que cualquier posibilidad de ella es aún temible.
Vicente Gaos-GrisAlfonso Reyes leía sus adelantos, en la llamada Capilla Alfonsina al filósofo español Vicente Gaos, ( secretario de Ortega y Gasset, cuando éste estaba exilliado en Argentina ) los domingos del año durante la escritura del ensayo EL Deslinde.
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BIBLIOTECA PARA BIBLIÓMANOS.Por Juan Cú

BIBLIOTECA PARA BIBLIÓMANOS
( LIBRERÍA EL BURRO CULTO )
Por Juan Cú
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 De Max Ramos también, el CERTAMEN NACIONAL DE LITERATURA “JOSEPH CARTAPHILUS” 2015, $ 10.000 – veintemil pesos M.N.- Preguntar por la CONVOCATORIA ( Si todavía está Vigente el Premio). Informes: Librería El Hallazgo, Mazatlán 30, col. Condesa, Del. Cuauhtémoc. México D.F.Teléfonos 52 11 63 93 y 52 11 68 54 Correo electrónico:    elhallazgo@yahoo.com.mx
Dar click aquí para ver el video de la librería el Burro Culto
Concurso de cuento de El HallazgoEn la Librería del Burro Culto del amigo Max Ramos. ( si dan click al nombre de Max Ramos entran a su página de facebook. El señor de cuerpo grande que aparece caminando y después sentado, leyendo luego en el video es el escritor y amigo Ernesto Guzmán)  Ya saben si tienen una máquina de escribir de colección o perteneciente de alguién conocido, (recuerdo a la Hermes una de las máquinas de escribir más pequeñas que mandó el sabio Gutierre Tibón a diseñar a Italia y vendió a los norteamericanos y con el dinero viajó y vino a quedarse en México toda su vida)
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o un libro antiguo o de la biblioteca propia de un escritor con su firma ( yo tengo el original de Charles Baudelaire de las Histoires extraordinaires par Edgar Poe, Paris Calmann-Lévy, editeurs 3, Rue Auber,3, 1925. 524 pag. cubierta dura en 1/4 . De la biblioteca con sello del Arquitecto Mario Pani ) — ya metidos en estos asuntos y con la venia que merece la atenta, sencilla, guapa y erudita bibliómana que saludé y que trabaja buscando libros para los cultos y sedientos compradores de la Librería — EL Burro Culto, diré de mi pesquisa bibliográfica que conozco dónde se encuentra el único ejemplar, el primer libro impreso en México de la tipografía de Juan Pablos, que desde Joaquín García Icazbalceta y bibliógrafos buscaron afanosamente por más de 150 años sin conseguirlo, sí, hablo de ¨ La Escala Espiritual para Subir al Cielo ¨ (1532-34?) del autor Juan Clímaco, si Ud. me lo pide Srita., yo le digo dónde está.
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Y para el otro encargado hombre “rudo” que conoce casi todos los títulos y no sé que tantos de los interiores de los ejemplares antiguos expuestos a la venta de la librería El Burro Culto, le propongo una tarea difícil de resolver: le pregunto (ya han pasado 2 años y no ha contestado el Sr. encargado, considero que es una difícil cuestión, espero alguién le ayude…) para empezar ¿qué hace la palabra de toponimia mexicana:¨Chalco¨ como apellído en un libro amanuense,  antes de la llegada oficial de los europeos a México, es decir, del año de 1493 en España? Aquí le dejo el contenido original y la ficha para que se entere y me ayude a investigarlo, le daré su crédito acostumbrado como el que usted se merece: Hojeando El CATÁLOGO DE LOS MANUSCRITOS E INCUNABLES DE LA CATEDRAL DE CÓRDOBA DE LA
Bibliotheca Salamanticencis VI estudios 5 Salamanca Universidad Pontificia 1976 España
Encontré lo siguiente:
en la página 331 del no. 366 n.1 el libro amanuense, copio como esta escrito: PARIS DE PUTEO DE NEAPOLI. Tractatus de sindicatu, castigatu per Iohannem Augustinum Portium Papiensem. (Proceden dos Tabulae compuestas por Iohannes Augustinus Portius Papiensis, y una Carta de Iohannes Agustinus Portius a Bartholomaeus Chalco. — Observe que no le agregaron la disinencia latina en el apellído Chalco — Sigue una nota)

( Papiae, Christophorus de canibus, 12 de Octubre 1493.
140 hojas.–Sign.: aa6-dd6 ee4 a8 b6 c8 d6 e6 f8 g6-r6 s4.–Fol.
L. gót. — 2 tam.–2 col.–72 lín.–Huec.para inic. con minúsc.
hain-Copinger 13611. Segovia 376 (faltando las tabulae)..–Catálogo Colectivo 3879.
Deterioradas por la humedad las diez primeras hojas, afectando parcialmente al texto. Parece formar una unidad con la pieza siguiente 366 n.2—–),
o algún traje lustroso de Octavio Paz. Una pluma fuente grabada con el nombre de un escritor también; lentes o monóculos; corbatas, anillos, diarios o cuadernos (recuerdo haber hojeado en la biblioteca Central de la UNAM los cuadernos de Paul Valéry en una edición antigua en de tamaño mayor, cinco volúmenes incompletos, Les Cahiers, fueron publicados en varios tomos estan contenidos allí sus 10 años ( y sus 50 años de trabajo literario) de silencio que este poeta se impuso asi mismo para tratar de observar bien su entorno, allí están escritos sus ejercicios poéticos, sus pensamientos y opiniones.

Octavio Paz
Octavio Paz
Sus futuros ensayos redactados como le venían a la cabeza por primera vez…) cartas y prólogos, (tengo por ahí la carta prólogo de Ruben Darío donde afirma que es la primera y última vez que se defiende de un cura culto en una polémica literaria en contra de sus planteamientos de índole religioso) cuentos no publicados, poemas; fotos dedicadas o ustedes posando con el escritor; sillas, lámparas; retratos al óleo u otras ténicas con escritores; amuletos y prendas particulares,( tengo una postal de los setenta dedicada a mí de Olga Breeskin de cuando trabajaba en en el Hotel Continental en la calle de Reforma,
también un par de zapatos casi nuevos blancos que utilizó la cantante Lola Beltrán, Lola la grande ) cinturones, tirantes, ( como los que usa Edgar List Arzubide, ancho de colores y europeos ).
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Escritor Tomás Mojarro
Chalecos,( los más extraños chalecos son los de Tomás Mojarro, el Valedor o como el que imaginó Arthur Rimbaud en su soneto de las vocales / A, noir corset velu des mouches éclatantes/- trad J. Cú./ un negro chaleco velludo de moscas brillantes/ ) gabardinas, sombreros… (yo sé de alguién que tiene el sombrero que usaba Gabriel García Marquez cuando residía en Colombia) cámaras fotográficas que se sepa fue de aquel o aquella escritora, una cajetilla de cigarrillos “impoluta” como la que dejaba Carlos Fuentes todos los días en el restaurant “El Manolos” de mi amiga Tita Fernández en los años setenta en la Zona Rosa(me lo contó ella, entre otras cosas). Algún collar de los gatos de Carlos Monsivaís, (todavía rondan por su colonia, él mismo escribía en el delgado envés de los collares  una leyenda firmada por él para que se los devolvieran en caso de pérdida)
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Revistas del año del caldo editadas por alguna de las pocas editoriales marginales (yo tengo los primeros poemas de Paco Ignacio Taibo II/ juventud horrible tesoro / no te vas y tu volverés/ cuando quiero felíz, si lloro/…/ lloro si tu me querés/… me salió tango – en tinta amarilla gruesa,casi fosforecente, editados por una revista independiente de los años sesenta del siglo pasado… decidió dedicarse luego a la prosa. Siguiendo el tema de poemas de juventud, de Octavio Paz dice José Emilio Pacheco: ¨se ha vuelto un lugar común decir que Paz se ensañó con sus trabajos juveniles por razones no poéticas sino políticas. Refuta esta creencia el hecho de que en 1976 haya reescrito “Entre la piedra y la flor”, de 1937, 39 años después…¨termina la cita. Añadiría de Arthur Rimbaud es un caso aparte, él ya traducía del latín y fue muy correcto con la métrica y conocedor desde adolescente de los secretos de la poesía universal, más la ayuda de su preceptor Paul Verlaine, poeta íntimo, detallista y orfebre, convirtió a Rimbaud en un poeta muy preciso metafóricamente) continuará. Juan Cu.
Escritor Edgar List Arzubide
Escritor Edgar List Arzubide

CARLOS MONSIVÁIS: LOS LIBROS QUE ÉL LEÍA Por Juan Cú

CARLOS MONSIVÁIS: LOS LIBROS QUE ÉL LEÍA
Por Juan CúMi foto
Foto: Pedro Mera. El Universal – Cultura
1. La Biblia.
2. A la (En) busca del tiempo perdido, Marcel Proust.
3. Obra completa, Jorge Luis Borges.
4. Don Quijote de la Mancha, Miguel de Cervantes.
5. Canto general, Pablo Neruda.
6. Adiós a Berlín, Christopher Isherwood.
7. España, aparta de mí este cáliz, César Vallejo.
8. Piedra de sol, Octavio Paz.
9. Los miserables, Víctor Hugo.
10. Casa desolada, Charles Dickens.

( Fuente de la lista de libros  Museo del Escritor )
 

Platicábamos con Carlos Monsiváis ( recuerdo que el magnífico Gutierre Tibón decía que el apellído Monsiváises una contracción y  provenía de Monte – Baéz ) cuando se podía, él te contestaba no con un libro llamado la biblia sino con una versión de la biblia, la de Casidioro de Reyna, que es la versión protestante o la de Lutero, junto con la de Cipriano de Valera que es la primera traducida al castellano. (1569)

El no hablaba de libros del común, (como los de las lista arriba, que más bien creo le pidieron 10 libros que se puedan conseguir en librerías y dijo la lista mencionada) El hablaba de libros raros y extraordinarios ( ejemplo de ello es el título de uno de sus libros pubicados: Nuevo catecismo para indios remisos, (1982) prestado del título de un libro del siglo XVI ( catecismo para rudos y catecismo para más capaces El título completo es: Doctrina Cristiana y Catecismo para instrucción de los indios y de las demás personas que han de ser enseñadas en nuestra santa fe, que se encuentra en la bibliografía de Joaquín García Icazbalceta, bibliografía mexicana del siglo XVI) libros, como los que se  encontraba en los tianguis o mercados, además de lo poco bueno que te ofrecían los libreros de viejo de la ciudad de México. (Los mejores libros se los quedan los dueños de las librerías, hasta que se hartan de poseerlos como coleccionistas en su biblioteca privada para luego vederlos en el mejor de los casos)
Así los libreros le ofrecían  a un precio razonable y hasta en abonos lo que a Carlos le interesaba. Había dos o tres librerías de viejo no más, que visitaba secretamente. Una muy importante, allá por la calle de República de Cuba, centro en el D.F., esa librería antígua, – claro que era antigua alguna vez hojeé  varios libros que se utilizaban para cantar durante la misa, supongo, pasta perlada con miniatura pintada y amanuense del siglo XVII).- Esta librería ostentaba un tiradero de libros a la izquierda de la entrada y al fondo, en el piso un montón de libros que consideraba el dueño anticuario no vendibles como joyas, intuyo, no lograría vender cuando los tenía apilados en un principio en los estantes junto con otras primicias librescas.
Muy común esta maniobra para deshacer el hechízo de la– no venta –, es decir sacrifican en remate libros de bibliofília para atraer la venta de los amantes de libros. Sobre esto  el investigador literario Jose Luis Martínez (qepd nos habla desde su colaboración sobre un mamotreto moderno ( libro exageradamente grande)  a todo color , que habla sobre bibliotecas particulares antiguas y modernas de México; allí indica ,que,  el Sr. Porrúa, allá por los años cuarenta del Siglo XX, extrajo de los anaqueles de su librería situada en las calles de Argentina, algunos de los incunables ( libros de primeras ediciones de imprenta siglo XVI) pertenecientes a la gran biblioteca de Joaquín García Icazbalceta (Ciudad de México, 21 de agosto de 1825, 26 de nov de 1894, Historiador, escritor, filólogo, bibliógrafo y editor …) a precio de remate, que según Jose Luis Martínez, si él hubiera tenido $ 500 pesos mexicanos de aquel entonces, sería dueño de aquellas ediciones perdidas del catálogo bibliográfico de México…
Así que concluyendo esa lista de arriba, si la dijo Carlos Monsiváis fue para estar bien con el entrevistador.


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ANTONIO DE NEBRIJA, SU GRAMÁTICA. Por Juan Cú

71777-2950f5aab92950720c9f2b50720c74  ESTE ARTÍCULO FUE CITADO DOS VECES POR LA CYCLOPEDIA.NET/WIKI (wikipedia) / DE LA BIOGRAFÍA Y TRABAJOS DE LA GRAMÁTICA DE ANTONIO LEBRIJA  Y  TAMBIÉN SOBRE LA TEMÁTICA DE LA ESCRITURA ESPAÑOLA EN EL SIGLO XVI. -MUCHAS GRACIAS- 
“Qué es Cyclopaedia.net
El objetivo de Cyclopedia es presentar en una página, de manera clara, los mejores sitios de Internet y los más fiables en los que aparezca un término del ámbito científico y léxico para dirigir al usuario, de la manera más eficiente posible, a las mejores fuentes conforme a su solicitud de búsqueda. Los resultados de la búsqueda de Cyclopaedia se recopilan de manera automática basándose en algoritmos matemáticos y no están sometidos a ningún tipo de control o análisis manual.
ANTONIO DE NEBRIJA, SU GRAMÁTICA.
La ortografía por Juan Cú
“…hay muchas más dudas nacidas de la primera y primordial y las seguirá habiendo. La lengua está viva en búsqueda de su perfección o estupidez.” Juan Cú
“Se considera un idioma ideal actualmente, aquella que abraza todavía la lengua de la que fue heredera alguna vez, y  que demostró la calidad de sus escritores y hablantes durante un largo tiempo su exquisitez y gloria.”Juan Cú
imagesNo siempre las faltas de ortografía modernas, son faltas de ortografía serias, es decir en el pasado la escritura se intentaba escribir como se hablaba, esto fue siempre un ideal, en el caso del castellano u español, se intentaba que la nomenclatura ortográfica se apegara a la escritura latina y griega que fue considerada como la mejor por su sabiduría ejemplar, sustento de las lenguas romances o lenguas latinas (el 80% de las palabras en español tienen raíz romana o latina de la época de los emperadores) que se corrompían con el tiempo por el habla de sus habitantes.
La gramática del Sr.Antonio de (L)Nebrija (Lebrija, Sevilla, 1441 – Alcalá de Henares, Madrid, 5 de julio de 1522) intentó imponer un orden para detener esta corrupción que generaba aislamiento en los pueblos (no se entendían entre ellos) es más esta gramática unió a las naciones. (Recuérdese que las gramáticas contenían un tratado de “retórica poética” para uso activo de la lengua, se pretendía hablar con cierta elegancia y “estilo”)

La escritura y ortografía han cambiado desde principios del siglo I hasta el siglo XX. Desde la edad media estos cambios fueron paliativos desde las congregaciones cristianas que se imponían para el habla común del pueblo.
Lo que hoy es una buena ortografía declarada por los comentadores del Diccionario de la Real Academia de España, en el pasado serían fuertemente señalados por la gramática de Nebrija, o por Antonio de Nebrija mismo, como errores graves por no ajustarse a esta idea de heredar cercanamente la gramática latina y sus grandes escritores, esto desde el punto de vista del siglo XVI, y que no pocos lingüístas actuales estarían en desacuerdo, claro nadie quiere verse retardatario, es decir anticuado ante los cambios de la modernidad.
Parece que así se piensa en la academia: hay que aceptar los cambios que la novedad del lenguaje nos impone, es la única forma de estar presentes, de hacer historia con ella.
Estas modificaciones del lenguaje son los cambios naturales del habla en su constante intercambio con otras lenguas y consigo misma, más otras adecuaciones y variaciones que los estudiosos de la lengua consideran importantes para mantener sus principios.
UNA REVISÓN AL PASADO.
Esto de la lengua podría trasladarse a otras ramas del conocimiento como el lenguaje proveniente de la  ciencia, que con los neologismos o nuevas palabras sobre  tecnología es irreprochable.
En las artes el asunto se torna ambiguo: pensemos en los cambios que en lenguaje en la historia de la poesía desde el siglo de Oro Español (sigloXVI) hasta las vanguardias europeas y movimientos poéticos latino-americanos de los años cincuenta;
luego giremos la cabeza al pasado, ¿qué obtenemos?
El pensamiento artístico propuso para la escritura artística, todo lo que ganamos en el arte desde el poema de la Ilíada de Homero hasta la obra de Don Luis de Góngora y Argote, mantuvimos vivo el arte poético, y aquí, con Góngora se le llamó Siglo de Oro, como lo más relevante que al idioma Español le pudo acontecer durante los siglos XVI-XVII.
En el siglo XVIII hay poco que decir para el ¿avance? del lenguaje artístico, ni siquiera hay siglo de plata o bronce posterior…
Lo que pudo haber sucedido en el siglo XVIII es que ya no había nada que superar.
(El lenguaje de finales del siglo XVI, llegó a sus límites artísticos y plásticos donde la lengua española ofrecía sus primores imaginativos de la forma y erudición en su lenguaje poético, dejando a la lógica académica y la razón al uso corriente del habla y en la ignominia del arte (ver racionalismo)por lo que ésta última, la razón, se vengó de aquélla acusándola de excesos…  y digámoslo así de estupidez.)
Por otro lado es posible también los talentos del siglo XVI y y otros pocos del siglo XVII  conformaron una cúspide demasiado alta para los espíritus del siglo posterior (XVIII) en lengua hispana, a lo mejor no había individuos de la talla de aquéllos, los europeos no quieren hablar del tema.
Fue hasta el siglo XIX que un muchacho latino-americano de un pequeño pueblo de Nicaragua, llamado Ruben Darío se le ocurrió hacer una revisión del estado de la poesía, ( estudio revisionista: estudió la famosa Biblioteca de Autores Españoles impresos por Manuel Rivadeneyra, siglo XIX ) alguién pudiera preguntar ¿por qué no se le ocurrió a otro en europa?
Respuesta, a muchos, por ejemplo  José María Blanco White (1775–1841) y sobre todo a Don Ramón Menedez y Pelayo (1856–  1912) que ecribió una gran revisión de los asuntos poético, artísticos y científicos de su siglo, pero no pasó nada relevante,
No fue solamente Rubén Darío un crítico de la poesía (que lo fue y muy agudo), estudió la fonología ( fue el que fundó de alguna manera los estudios para esta signatura) ensayó (imitó) todas las métricas del pasado español e intentó el hexámetro griego, sí el de la ilíada de Homero, lo ajustó a la métrica española y los propuso con la misma calidad artística de los autores del siglo de oro, pero con los aires de su tiempo del XIX, una poética que agradó a los europeos que aún no despertaban del somnífero siglo XVIII.
A finales del siglo XIX, un error de percepción, creo yo, por parte de los escritores del nuevo siglo XX, que en su afán de los cambios vertiginosos y de insistir anclarse en la modernidad que estaba por venir, (llámese esta vanguardia europea) los obligó a un camino áspero y desértico durante los 30 años siguientes y que poco a poco prevalecería hasta finales del siglo XX con esta posible idea de inovar el poema negando la tradición.
Ellos aceptaron como principio un poema:
Un coup de dés jamais n’abolira le hasard (Una tirada de dados jamás derogará el azar de Stéphane Mallarmé,1897 al año siguiente moriría (8 de septiembre de 1898) cuando revisaba su poema Herodías — pidió a su ayudante y a su hija que destruyeran sus escritos diciendo: «No hay herencia literaria ahí…» A la mañana siguiente, murió)
Stéphane Mallarmé fue un poeta ejemplar, conocedor de Gongora, alguién por ahí negaba este hecho. Sonetista correcto conocedor de la tradición;  creador de un famoso salón o tertulia (desde 1876) que visitaban los escritores alemanes Stefan George y Rainer Maria Rilke, los franceses Paul Verlaine y Paul Valéry, los novelistas André Gide y Huysmans y el poeta irlandés W. B. Yeats.
También el músico Claude Debussy compuso en 1892 una obra sobre su poema La siesta de un fauno, y Maurice Ravel el compositor del bolero de Ravel, muy conocido en México, le escribió música poemas suyos en Trois poèmes de Stéphane Mallarmé (1913)FIN DE ESTA REVISIÓN.
Ahora, la idea de ajustar los cambios ortográficos se basan en una búsqueda fácil del idioma que habla la gente común o el pueblo con sus préstamos de palabras y giros del lenguaje de otras lenguas por necesidad de que la lengua española se mezcla contantemente en el diálogo con otras.( inmigración, guerras, etc)

Concluyendo, muchas formas de escribir y de hablar el español con giros del pasado son más correctos de lo que la mayoría opina, porque su origen lo obtienen de su herencia latina o griega ( son más cercanos), que cuando se entremezcla con otros idiomas y giros del presente, por sus debidos errores del habla común de los pueblos.
Cuando consultamos un diccionario actual y vemos que esta equivocada la palabra, ello no es un error del hablante o del que la escribe.
Habría que consultar un diccionario antiguo para saberlo. Así para la traducción por ejemplo de los poemas de Shakespeare escritos en el siglo XVI, se utiliza un diccionario del siglo XVI y no uno actual que ha modernizado el idioma.
Otra, por ejemplo en México los errores ortográficos de la primera edición de la obra de Sor Juana Inés de la Cruz en España están repletos de estos errores y de giros del lenguaje con respecto al español hablado y publicado en México.
Al tratar los editores españoles una publicación para los lectores de la península tergiversaron no pocas veces el sentido o sintaxis de la obra poética de la monja mexicana (ver Alfonso Méndez Plancarte, O. Completas de Sor Juana Ines de la Cruz. F.C.E.)
Estos equívocos para una obra del siglo XVII continúan  para lectores del siglo XX, que cuando leemos algún poema de la monja mexicana estamos leyendo una traducción modernizada, y aveces, quizá por tal motivo, pésimamente interpretados por nuestros  comentadores de la autora del Primero Sueño para satisfacer a los lectores en una lectura fácil y comprensible derivada de los criterios de consumo y venta de la editoriales.
— Don Alfonso Mendez Plancarte erudito mexicano, estudioso de la  monja, reunió la obras completas de Sor Juana en cuatro volúmenes de más de 700 páginas cada volúmen, y que junto a los más de mil  comentarios escritos en letra de 8 pts., respecto a los errores y aclaraciones editoriales posteriores de la obra original y las citas textuales críticas, sumarían otros dos volúmenes a la obra de sor Juana.
Pero eso no quiere decir que Juana de Asbaje escribía con errores ortográficos en el siglo XVII, sino que son los conceptos que la Gramática de entonces calificaría como mejores desde la idea del arte que se tenía, y que todavía se tiene y puede considerarse como válida, porque hasta la fecha de hoy nadie en su sano juicio se atrevería ha descalificar a Góngora o a Sor Juana,  como sí lo hicieron artistas y críticos del siglo XVI y XVII en México y en España.
Una generación de escritores de habla hispana, la Generación del 27, homenajeó a Góngora después de trescientos años de olvido, que no de errores.
(Federico García Lorca, Dámaso Alonso, Amado Alonso…y los demás que conocemos, e incluiría al Sr. Alfonso Reyes de México, porque fue quién desenterró los papeles que había de Góngora en España cuando trabajó para el Centro de Estudios Históricos, dirigido por el crítico Menéndez y Pidal (1914 a 1924) y que tenía la relación amistosa de Ortega y Gasset, Eugenio d’Ors, José Moreno Villa, Gómez de la Serna, Gerardo Diego, José Bergamín).
“Se considera un idioma ideal aquella que no se aparta demasiado de una lengua de la que es heredera y la que demostró con la calidad de sus escritores y hablantes durante un período largo de tiempo su exquisitez y gloria.”Juan Cú